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El chocolate jugo un papel
importante durante las guerras del siglo XX
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Las raciones de alimento de las
fuerzas armadas incluían una barra de chocolate
● Las barras de chocolate ayudaron a los soldados a resistir enfermedades
Desde tiempos ancestrales el
chocolate fue considerado como uno de los alimentos más nutritivos. Por un
lado, su agradable sabor y textura cremosa al entrar en contacto con el paladar
libera sensaciones placenteras y nos hace sentir felices, además de que aporta
valiosos nutrientes al organismo. Pero ¿Sabías que el chocolate tuvo un papel
importante en los tiempos de guerra? El chocolate fue aprovechado por las
fuerzas armadas de los países que participaron en los conflictos bélicos del
siglo XX (Durante la Primera y Segunda Guerra Mundial)
De acuerdo
con Sophie Vanderbecken, fundadora
de la chocolatería Le Caméléon, uno de los primeros europeos en hablar del
poder del chocolate fue Hernán Cortés, quien en sus cartas al rey de España le
escribió: " Una sola taza de chocolate
fortalece tanto al soldado que puede
caminar todo el día sin necesidad de tomar ningún otro alimento”. En los siglos
posteriores se demostró que el chocolate contiene sustancias nutritivas que
brindan energía y favorecen a la condición física para resistir actividades
pesadas.
Los
historiadores relatan que en 1944, arribaron a las playas de Normandía más de
150 mil soldados aliados con el fin de llevar a cabo una operación militar que
culminaría en la liberación de Europa de la ocupación alemana. Se sabe que
además de armas convencionales, estas tropas también portaban un arma pequeña
pero muy poderosa que cumplió un importante rol durante la guerra: barras de chocolate.
“Desde 1937
se comenzó a incluir chocolate en las raciones de comida, que se les daba a las
tropas de las fuerzas armadas norteamericanas. El chocolate servía para dos
propósitos, por una parte se buscaba incrementar la moral y también brindarles
a los soldados un alimento con un gran aporte calorífico, pero que ocupaba poco
espacio”, explicó la experta.
Cabe
destacar que las barras de chocolate que consumían los soldados no eran
comunes. El diseño de las barras de chocolate para uso militar estuvo a cargo
del coronel Paul Logan y una empresa chocolatera norteamericana y se
establecieron cuatro requisitos: debía pesar tan solo 112 gramos y caber en el
bolsillo, tener un alto contenido energético, ser resistente a altas
temperaturas y por último, su sabor debía ser "solo un poco mejor que una
patata cocida”.
“Los
ingredientes que se usaron para que el chocolate cumpliera con los requisitos
de las fuerzas armadas fueron: azúcar, harina de avena, grasa de cacao, leche
en polvo y sabores artificiales”, explicó Sophie Vanderbecken. El resultado fue
una barra de chocolate con un sabor tan malo que los soldados preferían pasar
hambre que comerla, incluso llegó a ser conocida como “el arma secreta de
Hitler”.
En esa
misma época se solicitó el diseño de otra barra de chocolate que fuera aún más
resistente a las altas temperaturas, pues serían destinadas a las operaciones
militares en el sudeste de Asia de 1943. El consumo de las barras de chocolate
fue clave para el éxito de la guerra, pues a pesar de su sabor, resultó ser el
único alimento que podían ingerir los soldados para evitar contraer disentería,
una enfermedad altamente mortal y para la cual aún no existía vacuna.
Pero más allá de ser un alimento que sirvió para nutrir y mantener en buena condición física a las tropas, también sirvió como un elemento para devolver la moral y brindar esperanza. “En época de guerra la situación de los soldados europeos mejoraba gracias los paquetes que enviaban sus amigos y familiares. Ellos les mandaban entre otras cosas: ropa, alimentos frescos y chocolate”, relató la experta.
El
chocolate, por sus propiedades resultó ser un alimento de gran importancia para
las tropas durante la Segunda Guerra Mundial y se continuó usando en conflictos
posteriores como la Guerra de Vietnam. Incluso las barras de chocolate fueron
llevadas a expediciones espaciales. Por sus características, las barras de
chocolate permitieron mantener nutridos y en condición a los soldados para
resistir en el campo de batalla. Además, los chocolates que recibían como
regalos les devolvían la esperanza de volver pronto a casa sus seres queridos.
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